Entrevista para The Guardian: “Mi talento es transformar mis dramas en entretenimiento”

Acá les dejo la traducción de otra entrevista publicada hoy, esta vez para The Guardian. Y también les incluyo una nueva foto que compartieron de la sesión de fotos para el nuevo álbum.

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Robbie Williams emerge del dormitorio de la suite del hotel, estrecha mi mano y explica que acaba de despertarse – son las 2:30pm – y enciende un cigarrillo. Esto último genera sorpresa. Por una parte, estamos en el típico hotel céntrico de Londres donde piensas que sería raro que alguien haga caso omiso a la regla de no fumar, pero luego piensas que eso no debería preocuparte cuando has vendido mas de 75 millones de álbumes, cifra que no incluye los álbumes vendidos con Take That. Pero por otra parte, Williams hizo una especie de canto y baile sobre dejar de fumar luego de que su primer hija naciera, cuatro años atrás.

“Bueno, si dejé de fumar. Pero ese es el problema de tener una personalidad adictiva. Apagas un fuego y otro se enciende. Ese fuego se transformó en entrenar y comer Minstrels (Confites de chocolates). Pasé de fumar a entrenar tres horas al día, y luego a comer Minstrels por tres horas cada noche. Y no estoy exagerando. Y luego dejé de entrenar pero seguí comiendo los Minstrels y subí de peso hasta el punto que el Daily Mail sugirió que me estaba transformando en Elvis justo antes de su muerte. Fue horrible, terrible. Y también tenía que subir al escenario: “Si, lo sé. Me veo como Elvis antes de morir. Lo siento, estoy apuntando a todos ustedes, fingiendo que piensan que soy sexy.’

Así que me metí en una dieta muy dura. Te despiertas y comes un huevo duro, y luego no comes nada por 5 horas. Luego tomas un caldo de verduras, comes verduras al vapor, y luego nada hasta el día siguiente. Después de hacer eso durante cinco días me sentía muy sensible, porque no tienes nada. Tu cuerpo está hambriento. Y lo segundo es que necesitas algo para quitarte el apetito, así que empecé a fumar otra vez.

Durante 5 semanas traté de ocultárselo a mi esposa. Lo que hacía era ocultar mi enjuague bucal y mi alcohol en gel en un lugar seguro, me despertaba una hora antes que ella, me colgaba de la ventana, me quitaba la remera, así el olor no se impregnaba en nada, y luego fumaba. Después usaba el enjuague bucal, el alcohol en gel, me volvía a vestir, no usaba zapatos para no hacer ruido y despertarla y volvía a entrar por la ventana.”

Sin embargo, todo ese plan elaborado se convirtió en pena.  “¿Conoces ese momento cuando fumás por primera vez en la mañana y te deja desorientado pero es lindo?  Hubo un par de mañanas en las que no pude volver a la casa por al menos 5 minutos porque estaba fuera de mi puta cabeza. Y luego hubo un día en el que usé el alcohol en gel como enjuague bucal. De todos modos… Empecé a fumar otra vez. Enero es el mes límite, luego de eso me voy a ir de gira y espero que no vuelva a parecerme a Elvis antes de su muerte. Y, ya sabes, cuando un fuego se va… Espero que el próximo no sea la azúcar. O cualquier cosa que ponga a mi matrimonio en peligro.”

Adicción a los Minstrels, beber sin querer su alcohol en gel, matarte de hambre con huevos duros y vegetales al vapor, es una respuesta bastante larga a la frase “Oh, pensé que habías dejado de fumar”. Pero durante la hora siguiente, él también dice lo que parecen ser respuestas típicas de Robbie Williams: largos y francos testimonios sobre lo que él describe como una “patología de compartir mucho”, extremadamente entretenido y de alguna forma te deja con el sentimiento de que debe ser muy agotador ser Robbie Williams, incluso cuando no está trabajando.

Con un cigarrillo en mano, parece estar de buen humor. Niega las historias de que su último single, Party Like A Russian, ofendió a la gente de Moscú. “Estoy agradecido de que me den espacio en sus columnas, podría haber lanzado una balada y no me hubieran dado ni un poco de ellas, pero de hecho creo que la canción es mi single mas exitoso en Rusia.” y también se lo ve muy feliz al contar que es probable que su hija de 4 años, Theodora, pueda seguir sus pasos en el mundo del entretenimiento. “Pero si lo hace, no tendrá a su alrededor a gente que es psicológicamente dañina, porque su papá ya pasó por todo eso. Será como: ‘Bien, esas personas con las que estás trabajando son unos idiotas, vamos a encontrarte otras personas que no lo sean.”

Robbie ni siquiera parece molesto con los tabloides de esta mañana, que están llenos de fotografías de gente trasladando muebles a su nueva casa de Londres, la antigua residencia del fallecido Michael Winner, sobre la cual tuvo una larga y al final exitosa batalla legal con su vecino Jimmy Page por las renovaciones. Esto parece algo muy optimista de su parte considerando que una de las razones por las que dejó Gran Bretaña para mudarse a Los Angeles fue porque estaba cansado de los tabloides. Uno pensaría que el hecho de tener paparazzis acampando fuera de su casa, incluso cuando todavía no se mudó, le haría reconsiderar su idea de volver.

“Bueno, el gran interés de la prensa que solía brillar sobre mi, ya no lo hace. Hay una historia sobre la casa, pero realmente no es sobre mi. Es sobre una guerra entre vecinos. Es como Stella Street. Tal vez darán vueltas por un par de meses para ver si pueden enganchar el momento en que tiro algunas cosas a la casa de Jimmy Page.”

Él no ha arrojado nada, aunque si celebró su victoria en la disputa de las refacciones, la mayoría de las cuales tenían que ver con realizar excavaciones bajo tierra, cantando una versión de “Whole Lotta Love” de Led Zeppelin en su última gira, pero cambiando la letra a: “I’m gonna dig a big hole and fill it full of shit.” (Voy a cavar un gran agujero y lo voy a llenar de mierda). Williams cuenta que no habló con Page y que no fue cuidadoso al pelearse con un supuesto aficionado del ocultismo.

“Bueno, ya sabes. He leído un poco de Aleister Crowley, leí alguno de sus libros. ¿Que aprendí de ellos? Que está sobre mi capacidad intelectual. Que no entendía en lo que me estaba metiendo y que probablemente podría haberme causado daño. ‘Oh estoy fuera de mi profundidad aquí’, eso fue lo que aprendí.”

Pasamos a otro tema: Claramente no hemos sido invitados para hablar sobre su relación con los libros escritos por la Gran Bestia. Williams, 42, pronto lanzará un nuevo álbum llamado The Heavy Entertainment Show, quien lo vuelve a reunir con Guy Chambers, con quien co-escribió sus éxitos mas grandes. Es su décimo álbum y él es alternativamente muy agresivo con sus posibilidades de tener éxito y, en sus propias palabras, está “neuroticamente obsesionado” con un potencial fracaso. En parte se debe a su naturaleza. Él dice: “Soy neurótico y siempre encuentro cosas de las que preocuparme. Y si no hay nada, invento algo.

Cuando estábamos en Take That, nos dijeron que no iba a durar, que seríamos afortunados si duraba 5 años. Incluso durante esa etapa imperial de mi carrera, pensaba ‘¿Se detendrá ahora?’ He pasado 25 años en esto, y en parte todavía espero que alguien tire de la alfombra para hacerme caer, meter todo eso en una caja para alejarlo de mi mientras a mi me llevan de regreso a Stoke-on-Trent: ‘Ves, tenías razón. Esto es lo que querías, porque buscabas sabotear esto, que se den cuenta del charlatán que eres, y ahora tienes que ir a trabajar para tu mamá en su puesto de flores.’

Así que creo que eso es lo que me impulsó hacia adelante, a la vez que me dejaba aterrorizado. No es que trabajar para mi mamá en un puesto de flores sea algo aterrador, es simplemente que mi vida está mejor ahora.”

Pero sus miedos también tienen que ver con la magnitud de su éxito a finales de los ’90 y a principios de los ’00, cuando, según él lo cuenta: “Tengo mi pie a través de la puerta, luego pateo la puta puerta y la sigo golpeando hasta asegurarme que morirá.” Con consentimiento popular, su racha comercial llegó a su fin con Rudebox en el 2006, un intento muy ridiculizado de llevar su música en una dirección diferente. Aunque incluso no valga la pena señalar que este álbum fue certificado como platino en 12 países y vendió 2 millones de copias en Europa – una de las muchas estadísticas alucinantes de su carrera en esa época (Otra de ellas es que Williams es, aparentemente, el artista no Latino mas exitoso en la historia de Latinoamérica).

“Supongo que tengo que redefinir lo que es el éxito. Tengo que darle forma, reducirlo gradualmente y convencerme a mi mismo de que todo está bien. Ya saben, mi último álbum habría sido lo mas alto de la carrera de cualquier otro artista: doble platino, N°1, le sacó el N°1 de Navidad a One Direction, vendió 2.3 millones de copias. En esta época, eso es un gran éxito. Pero comparándolo con mi propio éxito, hay una luz brillando sobre él que dice ‘Ya no vende 5 o 6 millones de copias’. Me doy cuenta que ya no estoy donde estaba antes. No es muy malo pero tampoco es a la escala de antes. Cuando eres muy exitoso, es como pararte frente a una mesa de pool y saber que no vas a perder. Lances el álbum que lances, no vas a fallar.”

Él incluso dice que ya no está seguro de que encaje en el mundo pop. Un vistazo al chart de los singles antes de que Party Like A Russian fuera lanzado lo dejó pensando “estoy jodido. Literalmente ‘Oh, mierda, estoy jodido.'” Si eso se siente como un análisis de la situación un poco melodramático, es un poco difícil imaginar que alguien mas haga un álbum como The Heavy Entertainment Show, con bromas tontas y hits que le agradan al público junto a canciones como Motherfucker, una canción que él escribió en honor a su hijo de dos años, Charlie, advirtiéndole sobre los problemas mentales de su familia. “Bueno, es verdad. Hay un historial de enfermedades mentales sobre mi familia y creo que en cualquier otra familia, y creo que las probabilidades de que mis hijos la tengan son altas. Pero estoy preparado, tengo mucha información y no creo que ellos puedan hacer algo peor o llegar a lugares peores de los que yo he ido.

Ciertamente, es dificil evitar la sensación de que Williams parece ser mucho mas feliz ahora que antes. Lo conocí brevemente en el 2006, en lo mas alto de su carrera, cuando estaba con un montón de otros periodistas en un estudio de Londres para escuchar anticipadamente Intensive Care. Él se puso de pie mostrando un montón de papeles, anunció que la noche anterior había estado buscando en Google lo que habíamos escrito sobre él en el pasado y empezó a discutir con cada uno de los periodistas sobre lo que habían escrito, incluso años antes. Yo salí de esa reunión sintiendo pena por él: Toda ese éxito y fama y adulación, y aún así te pasas toda la noche matándote a ti mismo porque crees que un crítico malinterpretó una de las letras que escribiste 6 años atrás. “Si,” dice Williams. “pero las palabras duelen y todos somos humanos. Había muchas personas presionando los botones de todo lo negativo que sentía sobre mi mismo, y allí estaba todo en blanco y negro. Es el tipo de cosas que te hace empezar a sentir agorafóbico y que vuelvas a pensar todo lo que haces. Y luego está, en blanco y negro, todo lo que pienso sobre mi escrito de una forma un poco mas intelectual, donde no puedo escapar del hecho que ‘Si, ese es el tipo idiota que soy”. La ira de eso fue lo que me impulsó hacia adelante, pero no es una cualidad que pueda permitirme ahora que soy padre.”

Además, añade. “Vivimos en un mundo muy diferente al de antes. Dudo que ahora alguien que deja una banda pop se sienta de la misma forma. Ya sabes, uno de los de Onde Direction caminando por Glastonbury no es lo mismo que cuando yo estuve en Glastonbury en 1996. Había una especie de mentalidad fundamentalista indie que estaba en nosotros durante todos los 90 que fue muy evidente para mi, donde yo era, literalmente, mirado como un estúpido cuando hablaba con varias personas en varios lugares para beber. Era como si estuvieran asustados de que se les fuera a pegar.”

Estando escrito parece tener mucha ira, pero Williams dice que todo es con una especie de autodesprecio resignado. Aún así, se proyecta una especie de luz diferente en esas fotos de él, visiblemente mal vestido y siguiendo a Oasis como un perro por toda la Worthy Farm en 1995. Veinte años después, donde los artistas pop están sujetos a críticas mucho mas serias que los llamados artistas indies de estos días – lo que sea que se considere música indie estos días frecuentemente suena mas como un pop mainstream – es dificil imaginar algún tipo de consternación generalizada por ver al miembro de una boyband atreviéndose a respirar el mismo aire que enrarecido que alguna vez causaron los hermanos Gallagher.

“Yo era la clase baja, por ser quien era y de donde venía, la gente tenía ese desprecio por mi.  Había un desprecio generalizado. Cuando estuve en Glastonbury sentía que el resto del festival pensaba: ”¿Qué mierda estás haciendo aquí, idiota?’. Y yo simplemente quería estar bien con los chicos importantes, quería ser aceptado, hay una mentalidad de infantil que se lleva adelante  través de la vida y en ese momento, quería ser aceptado por los matones, y eso se volvió parte de mi ADN: ‘Oh, eventualmente seré aceptado por esta gente. Aquí está mi álbum. Oh, no me están aceptando. No vendrán.’ Ahora, creo que ya estoy mas allá de eso: ‘Miren, este es quien soy. Soy capaz de hacer esto.’ Tres álbumes atrás me di cuenta de que ‘definitivamente no van a venir. No va a pasar.’ Puedo ser bastante filosófico al respecto. Pero luego no puedo, depende del día que sea”, añade lo último sonriendo.

De hecho, dice, aún es desgarrado por las dudas. “He estado buscando tener confianza, confianza en serio. Pero nunca viene, aunque si me he dado cuenta que soy muy valiente. Tengo una forma de transformar el trauma en entretenimiento. Algo pasa cada vez que pongo un pie en el escenario y rara vez me quito la mascara. No salgo al escenario solo, voy con Robbie Williams. El aparece. A veces no lo hace y tengo que hacer todo yo y ahí es cuando el trauma del backstage entra en juego arriba del escenario. Pero la mayoría del tiempo si se presenta.”

Además, dice, la paternidad ha cambiado su punto de vista. Hoy, no es impulsado por el deseo de ser la estrella mas grande del país y tampoco busca la aprobación de los críticos y sus pares, pero ‘asegurándome que tenemos un buen techo sobre nuestras cabezas”.

Oh, sale de eso, has vendido 75 millones de álbumes. Seguramente no tienes que trabajar.

“Pero lo hago. Porque me tomé tres años sabáticos y la mierda dejó de funcionar. Mi cerebro dejó de funcionar. Hay un aspecto monetario en esto, pero cuando digo que tengo que trabajar es debido a lo clásico: La gente se retira y luego muere. Yo tengo un gran trabajo y también es un gran hobby, pero es algo que necesito hacer. Y puede sonar dramático, pero mueres por dentro si no lo haces. Así que yo lo necesito.”