Un espectacular concierto, con músicos de varias generaciones y medio millón de asistentes en las calles de Londres, celebró este lunes los 60 años en el trono de Isabel II, pese a la repentina hospitalización de su esposo, el duque de Edimburgo.
Rock, soul, opera, y, sobre todo, mucho pop completaron uno de los eventos más lucidos de las celebraciones del “Jubileo de Diamantes”, que han quedado un tanto empañadas con el ingreso en un hospital del príncipe Felipe, marido de la soberana, debido a una infección de vejiga.
Isabel II llegó sola a la tribuna de personalidades, que compartía con números miembros de su familia, con capa y entre la ovación de los asistentes, una hora y media después de que comenzara el espectáculo en el que participaron músicos como Paul McCartney, Elton John y Kylie Minogue.
Robbie Williams abrió un concierto de más de tres horas, durante las cuales el público no dejó de ondear banderas británicas, y que supuso un repaso por las seis últimas décadas de la música anglosajona.
Además de los 10.000 afortunados que consiguieron entradas gratuitas a través de un sorteo, alrededor de medio millón de personas siguieron el concierto por pantallas gigantes en las abarrotadas inmediaciones del Palacio.
El buen tiempo, tras dos días de lluvia, y la música ayudaron a dar brillo a un auténtico festival patriótico que volvió teñir Londres de rojo y azul, los colores de la “Union jack” que estaban presentes en sombreros, camisetas, gafas, caras e incluso las uñas de algunos asistentes.
Uno de los grandes momentos de la noche fue cuando se interpretó, instantes después de la llegada de Isabel II, la canción “Sing” (Canta) compuesta especialmente para la ocasión por el compositor de musicales Andrew Lloyd Webber y el exmiembro de Take That Gary Barlow y que sido grabado por 200 personas de todos los países de la Commonwealth.
El Palacio de Buckingham, delante del que se había instalado el escenario, fue incluido en el concierto con una actuación desde el balcón de los cantantes de ópera Alfie Boela y Renée Fleming, que interpretaron el clásico “Somewhere”.
Además, en otro de los grandes momentos de la noche, la banda de pop ska de los 80 Madness tocó su famosa canción “Our House” (Nuestra casa) en lo alto del tejado del palacio, residencia de la Reina, mientras se hacían proyecciones en su fachada.
El cantante will.i.am actuó acompañado de la cantante Jessy J a los que siguieron la boyband JLS, y el cantautor Ed Sheeran, que fueron los que protagonizaron la parte más actual y joven de un concierto heterogéneo y con poca unidad musical.
Sir Cliff Richard, de 71 años y vestido de rosa palo y corbata de lentejuelas doradas, hizo una de las aportación más nostálgicas de la noche con canciones suyas de principios de los 60 como “Congratulations”.
Las grandes damas del pop estuvieron representadas por Grace Jones, que consiguió mantener con 64 años un “hulahop” en su cintura durante su canción “Slave To The Rhythm” y Annie Lennox, que apareció en el escenario con alas de ángel.
Elton John, sentado al piano y con una americana de lentejuelas fucsia, interpretó algunos de sus grandes éxitos como “I’m Still Standing” y felicitó efusivamente a Isabel II.
El cantante estadounidense Stevei Wonder, uno de los pocos que no era británico, cantó “Estamos celebrando el Jubileo de Diamantes”, un momento especialmente aplaudido, incluido por la Reina, que fue homenajeada por muchos de los artistas que pasaron por el escenario entre el entusiasmo del público.
Durante el variopinto concierto también hubo concesiones a la música clásica, quizá en honor a la soberana de 86 años, aunque en esos momentos no estaba presente, como cuando actuó el pianista chino Lang Lang.
La actuación de Paul McCartney, que le dedicó el tema de los Beatles “All my Loving” a Isabel II, puso el broche final al homenaje musical para la única reina que han conocido la mayoría los británicos.
Tras finalizar las actuaciones, la soberana subió al escenario, en medio de una enorme ovación, acompañada de su hijo el príncipe Carlos, que la llamó “mami” y que quiso recordar a su padre, el duque de Edimburgo, algo que desató de nuevo los aplausos de los asistentes.
Como no podía ser de otra manera, todos los artistas que participaron en el espectáculo volvieron a salir al escenario para cantar junto a la soberana el “Dios salve a la Reina”, lo que dio paso a unos espectaculares fuegos artificiales.
Después de todo ello, Isabel II prendió una llama de seis metros, la última de una cadena fuego que se ha encendido hoy en honor a su Jubileo de Diamantes alrededor del mundo.